
EL DESASTRE DE SUECIA
Desde Italia 1934 que Argentina no competía en los Mundiales. Venía de ganar el Sudamericano de Lima en 1957 con los Carasucias (O. Corbatta, H. Maschio, A. Angelillo, E. Sívori y O. Cruz). Tanto jugadores como dirigentes creyeron que la Copa del Mundo de Suecia 1958 se ganaría caminando. Nada salió como se esperaba: dos derrotas y una victoria en la fase de grupos fueron suficientes para quedar afuera.
Grupo 1:
Argentina 1 vs. 3 Alemania Federal
Argentina 3 vs. 1 Irlanda del Norte
Argentina 1 vs. 6 Checoslovaquia
Así se vivió según los protagonistas:
- “El fútbol argentino no necesita de los jugadores que están en el exterior”. Raúl Colombo, presidente de la AFA en aquel entonces, en referencia a Angelillo, Sívori y Maschio que no fueron convocados porque estaban jugando en Italia.
- “Hemos aprendido mucho en este Mundial. Cuando volvamos a la Argentina tendremos que alterar nuestros planes si queremos vencer a los europeos”. Guillermo Stábile, director técnico de la Selección Argentina.
- “Fuimos a Suecia con los ojos vendados. No estábamos preparados ni física ni técnicamente para afrontar tres partidos en una semana”. Ángel Labruna, jugó el Mundial con 39 años.
- “Nosotros estábamos acostumbrados a jugar solamente los domingos y a entrenar martes y jueves, esa fue la causa de nuestro fracaso. Pagamos el precio de creer que con lo que teníamos nos alcanzaba para bailar a los europeos”. Pedro Dellacha, capitán argentino.
- “Lo del Mundial del ´58 fue lógico. Desde el ´30 que no íbamos a los Mundiales y lo pagamos nosotros. No conocíamos a los rivales. Veíamos a los checoslovacos y pensábamos que les íbamos a meter catorce goles. El número siete de ellos era más grandote que Amadeo Carrizo, parecía torpe y nos causaba risa. Nos hizo tres”. José Sanfilippo, jugador argentino.
- “Nos creíamos los mejores del mundo, y no le ganábamos a nadie. ¡Qué papelón! Fue el más grande de mi vida. Un desastre”. Francisco Lombardo, jugador argentino.
- “El Consejo Directivo que finaliza su mandato y que tuvo la responsabilidad de la conducción en este amargo trance, ni la rehúye ni la distribuye. Señala, solamente, que una superioridad no demostrada acabadamente alentaba a todos. Los hechos evidenciaron la necesidad de rectificar conceptos, modificar sistemas y adecuar la marcha al ritmo que fijan nuevas concepciones sobre el fútbol”. Memoria de la AFA de 1958.
- “Me gritaban vendepatria, traidor. Fue muy duro, de lo más doloroso que me pasó. En Suecia realmente fuimos un desastre, llegamos pensando que ganábamos de taquito. Si tuviera que buscar una explicación para entender esa actuación tan floja, la resumiría en una sola palabra: desorganización. Algunos recuerdan al Mundial de Suecia como la bisagra histórica del fútbol argentino, yo digo la verdad: no hubiera querido ser parte de esa porción de la historia”. Amadeo Carrizo, arquero argentino.
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